Paseos

Hay paseos matutinos que relajan y esperanzan.
Que te llenan y embriagan de colores, olores y sensaciones. Cuando los pájaros regalan a tus oídos sus risas y batir de alas. Y el rumor del río se vuelve sirena que te incita a sumergirte en sus aguas.
Y luego están los otros paseos; los silenciosos y bicromaticos, cuando apenas el susurro de los cuervos te anda acompañando, mientras un rumor profundo, escondido entre el silencio, se te engancha en el estómago.
Es El rumor del río, que Bravo y caudaloso amenaza y advierte, aconsejando.. que escapes de sus orillas, que el invierno lo vuelve hambriento, y ya no distingue entre cuerpos y ramajes.
Y en un Consejo que bien podría venir del bosque negro, de sus árboles perennes y matorrales.
En un Consejo frío como las rocas, frío y cortante, te apremia a que te resguardes en el cobijo del hogar, al calor de la soledad y los libros que de memoria ya te sabes.

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